Rendimiento académico a partir de un cambio de metodología de dictado en la cátedra de semiología
Fecha
2018Autor
Peresón, Federico
Cainelli, Fernando
Pared, Valeria
Ramírez, Rocío Guadalupe
Villamil, Florencia
Duré, Karen
Metadatos
Mostrar el registro completo del ítemResumen
El rendimiento académico tiene por objetivo confirmar el aprendizaje satisfactorio por parte de los alumnos y forma parte de las aptitudes que les permiten aspirar a becas, cupos en instituciones educativas y acceder a programas de intercambio. En numerosos trabajos
científicos, la calificación representa el indicador más empleado para lograr dicho objetivo; sin embargo, la misma no siempre refleja la calidad de los conocimientos del alumno y, en ocasiones, puede incluir a otras aptitudes (esfuerzo, interés y motivación); además, la complejidad de la asignatura, la capacidad pedagógica del docente, la exigencia de otras
asignaturas y las dificultades familiares o laborales pueden influir en el rendimiento. En la cátedra de semiología, desde el año 2013 se instauró un cambio en la metodología de dictado consistente en: el traslado de la clase teórica (previo a las clases prácticas); un mayor número de comisiones (optimiza la relación docente: alumno); rotación de comisiones, el dictado de un curso de formación en docencia (unifica criterios de enseñanza y de evaluación) y la implementación de material de estudio propio. El objetivo del presente es determinar el impacto que generó esta modificación en el rendimiento académico de los alumnos, comparando su desempeño en los años previos y posteriores al mismo. Se realizó un análisis retrospectivo (a partir de tarjetas archivadas desde el año 2010 al 2017), de alumnos que aprobaron el examen final y de los que finalmente se obtuvo el promedio anual de: nota de aprobado (NA), el tiempo promedio entre la regularización y la aprobación (TA) y el porcentaje de alumnos que aprobaron en 1 (grupo A) o en más de 1 mesa (grupo B). Se aplicó estadística descriptiva y se elaboraron gráficos para mejorar la comprensión de los resultados. Los valores promedio obtenidos no
resultaron significativos para la variable NA; sin embargo se observó un descenso en el TA, siendo en 2010 de 21,57 (±10,27); en 2011: 20,67 (±11,14); en 2012: 19,79 (±10,31); en 2013: 18,13 (±11,01); en 2014: 17,98 (±10,24); en 2015: 13,92 (±7,77); en 2016: 9,06 (±5,91) y en 2017: 5,05 (±2,75). Respecto al número de mesas, en los años 2010, 2011 y 2012, los porcentajes de alumnos en los grupos A y B fueron casi equivalentes (63% y 37% - 57,5% y 42,5% - 60% y 40%, respectivamente). A partir del 2013 y hasta el 2017, se observó un incremento progresivo de la primer categoría (70% y 30% - 82,5% y 17,5% - 88,3% y 11,7% - 97% y 3% - 98% y 2%, respectivamente). Aunque las calificaciones no hayan mejorado, la reducción del tiempo y del número de mesas necesarias para lograr la aprobación de la
asignatura, demuestran el impacto positivo en el alumnado. El reconocimiento de las variables que influyen en el rendimiento académico resulta fundamental a fin de adoptar nuevas
metodologías de dictado que faciliten el aprendizaje de conceptos y la adquisición de habilidades en los futuros profesionales.