Determinación de la actividad antimicrobiana de Pluchea sagittalis Lam. (yerba lusera)
Resumen
A lo largo de la historia, las plantas han sido utilizadas por el ser humano con fines medicinales,
superando diversas barreras culturales, temporales, religiosas y económicas. Gran parte de las
terapias tradicionales involucra el uso de extractos vegetales o de los compuestos activos de las
plantas (Akerele, 1993; Sheldon et al., 1997; Shrestha y Dhillion, 2003; Katewa et al., 2004, como se
citó en Bermúdez et al., 2005), y su uso con fines curativos ha permitido descubrir un significativo
número de medicamentos derivados de vegetales que han sido aprobados en la medicina moderna,
entre los que destacan antimaláricos, antiinflamatorios y antitumorales, entre otros.
Investigaciones recientes indicaron que el 60% de los agentes terapéuticos empleados en el
tratamiento del cáncer y el 75% de los utilizados para enfermedades infecciosas derivan de fuentes
naturales; sin embargo, se ha observado una reducción en el aprovechamiento de los productos
naturales para el desarrollo de nuevas terapias (Gupta et al., 2005) a pesar de que los mismos sirvan
como fuente directa de agentes terapéuticos y puedan ser empleados en la creación de fármacos
semisintéticos más avanzados.
La Organización Mundial de la Salud (1979) define una planta medicinal como cualquier
especie vegetal que contiene sustancias con potencial terapéutico o cuyos principios activos pueden
ser utilizados como precursores para la síntesis de nuevos medicamentos. Definido esto, dentro de la
etnomedicina regional, algunas destacan sobre el resto por sus múltiples aplicaciones, entre las cuales
se encuentra la capacidad preventiva contra el cáncer, atribuida a la habilidad de los compuestos
químicos presentes en los extractos de neutralizar radicales libres. (Bermúdez et al., 2005)
Numerosas especies pertenecientes al género Pluchea tienen diversos usos en la medicina
tradicional, como ser astringente, antipirético, antiinflamatorio, hepatoprotector, antidiarreico, entre
otros. En el Nordeste de Argentina (NEA), Pluchea sagittalis (Lam.) Cabrera es una planta que es
conocida como "yerba lucero" o "yerba lusera" y es especialmente consumida en forma de infusión o
añadida al mate, donde se aprovechan sus propiedades digestivas y hepatoprotectoras.
Las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes del extracto acuoso de Pluchea han sido
objeto de numerosos análisis (Hussain et al., 2013) mientras que, estudios in vitro del extracto
etanólico de la misma especie en Brasil demostraron, además de su capacidad antioxidante mediante
la captura de radicales libres frente al DPPH (2,2-difenilpicril-1hidrazilo), actividad antimicrobiana
contra microorganismos. Estas propiedades se relacionaron con el alto contenido en compuestos
fenólicos y flavonoides, en especial derivados del ácido cafeico, flavonas y ácidos grasos (Da Silva
Freitas et al., 2022). Por lo tanto, se emprendió el estudio principalmente del extracto etanólico de la
especie nativa de nuestra región, centrándose en la evaluación de sus actividades in vitro, con el fin
de evaluar su actividad antimicrobiana y su posible relación con sus componentes químicos.










