La elite dirigente correntina y los reclamos sobre el territorio de Misiones. La persistencia del discurso de la postergación a comienzos del siglo XX
Resumen
Las elites dirigentes correntinas defendieron sus derechos
sobre el territorio ocupado por los pueblos de Misiones desde
los tiempos coloniales. En el siglo XIX, a partir de la conformación
del estado provincial se buscó avanzar de manera
efectiva sobre el territorio de la provincia de Misiones, cuya
autonomía había sido garantizada en 1822 en el tratado del
Cuadrilátero, a pesar de las protestas de Corrientes. Entre
1827 y 1830 los pueblos posjesuíticos ubicados sobre territorios
en disputa aceptaron formar parte de la provincia de
Corrientes, reservando la resolución definitiva de su estatus
jurisdiccional para el momento en que se organizara el país.
Desde mediados del siglo XIX, durante el gobierno del Dr.
Juan Gregorio Pujol cobra importancia estratégica la efectiva
posesión del territorio de las antiguas misiones para la
explotación de sus bosques y yerbales naturales, en medio
de un proceso de definición estatal –la Confederación Argentina,
por entonces separada de la provincia de Buenos
Aires- y de redefinición de vías de comunicación fluviales
y la llegada del ferrocarril, cuyo trazado aún no estaba perfilado.
El papel que Pujol otorgaba al territorio de Misiones
como parte integrante de la provincia de Corrientes era
producto de su correspondencia con el naturalista francés
Amado Bonpland, quien luego de su estadía prolongada
en Paraguay se había establecido en una pequeña localidad
sobre la ribera correntina del río Uruguay. A instancias de
Bonpland, Pujol inicia el repoblamiento de la región con el
restablecimiento de Yapeyú y posteriormente Santo Tomé,
proceso que será interrumpido por la guerra de la Triple
Alianza. Luego del conflicto las elites correntinas retoman
su interés por dicho territorio al mismo tiempo que desde
el Estado Nacional se proyecta federalizarlo, situación que
se concreta en 1881. Durante la década precedente se desarrolla
la disputa discursiva entre Corrientes y la Nación que
tiene su expresión en los informes de Ramón Contreras y
Mardoqueo Navarro en que cada uno defendía los derechos
esgrimidos por sus gobiernos.