Subjetividad y alteridad. Kierkegaard, Nietzsche y Levinas en el ardor de un mismo fuego
Resumen
Este trabajo ha mantenido como hipótesis la posibilidad de trazar una relación entre los pensamientos filosóficos abordados a partir
de las obras de Kierkegaard, Nietzsche y Levinas, en lo referido a la concepción de subjetividad. En el caso de los tres filósofos, se
ha encontrado un común gesto de ruptura frente a la concepción moderna de sujeto, y una nueva concepción de la subjetividad, en
tanto se la concibe inmersa en una tensión ineludible, lejana al horizonte absolutizador de totalidad, atravesada por un Otro, arrojada
al devenir constante. Se trata de una subjetividad aconteciente, arrojada al devenir, atravesada por la relación con lo Otro, en virtud
de la cual se da una ruptura de la consistencia identitaria, y el pensamiento es arrojado a su tensión ineludible.
Luego de un arduo esfuerzo en la labor investigativa, es posible afirmar que la hipótesis abordada en el trabajo de investigación ha
sido confirmada. La relación existente entre los tres pensamientos filosóficos estudiados, se funda en una comprensión común de la
subjetividad en tanto se la concibe enmarcada en la imposibilidad de reposo, en constante tensión, arrojada al devenir, al ensayo, a
lo provisional, al “bello riesgo”, negándosele su permanencia en la cerrazón de la identidad. Se trata del atravesamiento de la
diferencia que impide el anquilosamiento de la subjetividad en la identidad, y el giro hacia la estabilidad y solidez de un sujeto
sustancial, como lo es el sujeto moderno.
Se trata de “filosofías de la tensión” en las que la subjetividad se muestra aconteciente, arrojada al devenir, atravesada por un Otro
absolutamente otro. La consistencia identitaria se ve quebrada por el atravesamiento de la diferencia. De este modo, la filosofía de la
tensión se configura como índice de la alteridad que la constituye.
Sí-mismo (en Kierkegaard), Superhombre (en Nietzsche) e Ipseidad (en Levinas) son definidas como las tres figuras constitutivas de
la subjetividad correspondientes a las tres corrientes filosóficas abordadas. Es necesario hacer una revisión de cada una de ellas.
En primer lugar, el sí-mismo es para Kierkegaard el yo que deviene espíritu en la relación que se relaciona consigo misma. El yo
como espíritu constituye el modo en que el sujeto se pone a sí mismo en la relación. Es decir, el yo deviene espíritu de acuerdo al
modo en que se ubique a sí mismo en la relación: deviene espíritu en la elección de sí mismo.
Esta subjetividad en tensión, que no está dada de forma definitiva sino que debe hacerse continuamente, es una subjetividad
atravesada por la diferencia. La alteridad de lo que elige, del prójimo, y del fundamento sobre el que se sostiene, atraviesa la
subjetividad kierkegaardiana y constituye el sí mismo del que habla Kierkegaard.
En Nietzsche, el Superhombre (o Ultrahombre) es la figura que representa la subjetividad atravesada por la diferencia. La
subjetividad se configura en torno a una tensión permanente, quedando expuesta a una constante indefinición. En vistas a la
explicitación de una subjetividad de carácter tensional y porosa, abierta a la alteridad en tanto Otro, la noción de “Entre” se ha vuelto
fundamental en la presente investigación en tanto constituye la “piedra de toque” a partir de la cual se articula una subjetividad que
rompe con las categorías modernas de “substancia”, “esencia”, “cogito”, dando paso a la indefinición, la des-apropiación y la
des-identificación. La noción de “Entre” hace expreso el carácter tensional de una subjetividad alterada, como lo es aquella
presentada por Nietzsche.
En Levinas, la subjetividad se hipostasia en la respuesta al acontecimiento de la interpelación de la alteridad del otro, sin origen en
su voluntad libre. La alteridad atraviesa la subjetividad, impidiendo su anquilosamiento en la identidad. Lo absolutamente Otro no
puede ser ya reducido por el Mismo en un horizonte de totalidad.
Por lo hasta aquí expuesto, queda comprobada la hipótesis que afirma la posibilidad de una relación estrecha entre las filosofías
kierkegaardiana, nietzscheana y levinasiana. Dicha relación se da a partir de: una concepción común de subjetividad y un gesto de
ruptura frente a la concepción moderna de sujeto.
Vale decir que el método utilizado ha sido el método histórico-comparativo y problemático. El mismo divide la investigación en tres
momentos: el primero, histórico-comparativo, el segundo, deconstructivo, el tercero, reductivo. En el primer momento, se ha
abordado la explicitación de la concepción de la subjetividad-alteridad de cada uno de los filósofos seleccionados. En el segundo, se
ha procedido al análisis de los fundamentos operantes determinantes de una tal consideración de la subjetividad en cada autor. Se
ha intentado expresar el aporte diferencial de cada autor. Finalmente, en el tercer momento, se ha buscado mostrar los elementos
comunes constitutivos de los fundamentos operantes en las tres concepciones filosóficas en referencia a la noción de subjetividad.
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