Prueba del cajón en ligamento cruzado craneal en caninos
Fecha
2023-11-02Autor
Saucedo, S.
Barro, F.
Chazarreta, S.
Rosales, D.
Ortiz, G.
Delgado, Gabriel Alejandro
Metadatos
Mostrar el registro completo del ítemResumen
La unión de Femoro-tibio-rotuliana, unión Femoro-tibio-patelar, unión del Genu o unión de la babilla, es una unión sinovial compuesta por dos articulaciones, la unión femoro-patelar y la unión femoro-tibial la cual cuenta con dos ligamentos intercapsulares que se cruzan en forma de X (equis), ligamento cruzado craneal o anterior y ligamento cruzado caudal o posterior. El primero se origina de caudal lateral en la fosa intercondiloidea de la extremidad distal del fémur, insertándose en la excavación en la espina de la tibia, mientras que el segundo parte de la fosa craneal en la fosa intercondiloidea de la extremidad distal del fémur, insertándose en la tuberosidad media de la incisura poplítea de la tibia. El desgarro o sección de estos ligamentos puede deberse principalmente por la edad, debido a un proceso degenerativo de la estructura del ligamento en perros mayores, también puede aparecer en animales jóvenes con sobrepeso, movimientos bruscos, animales hiperactivos o traumatismos con hiperextensión de la rodilla. Unos de los principales síntomas que podemos observar en el perro es la cojera y mantiene la pata elevada evitando el apoyo sobre ella, también podemos observar inflamación de la articulación de la rodilla. El diagnostico para la ruptura del ligamento cruzado craneal es mediante una prueba semiológica llamada prueba del cajón que en términos biomecánicos durante la locomoción se genera una fuerza de empuje craneal sobre la tibia que se ve contrarrestada por el ligamento cruzado craneal que evita por tanto el desplazamiento craneal de la tibia con respecto al fémur. El objetivo del trabajo fue el estudio del desgarro o sección en el ligamento cruzado craneal y la realización de piezas anatómicas de una unión Femoro-tibio-patelar en caninos conservada en glicerina para la demostración de una prueba del cajón positivo. Para el mismo, se utilizaron diferentes piezas cadavéricas de miembro posterior de caninos, a los cuales se procedió a retirar la piel y realizar la correspondiente disección, quitando toda la parte muscular de la zona, dejando solamente en la región de la babilla los ligamentos colaterales y exponiendo los ligamentos cruzado craneal y cruzado caudal. Posteriormente se seccionó el ligamento cruzando craneal para simular la lesión que se puede presentar en un paciente en la clínica diaria. La pieza completa fue sumergida en una solución de alcohol y glicerina durante un periodo de 20 días, la cual se ocupa para aprovechar su propiedad de mantener la flexibilidad de músculos y de los ligamentos y luego de este tiempo se las deja escurrir y secar por una semana. Como resultado final se obtuvieron piezas anatómicas que manteniendo los movimientos propios de la articulación y permite la realización de la prueba de cajón, que en este caso permite el movimiento de la tibia con respecto al fémur en el interior de la articulación.
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