Determinación de actividad enzimática de peroxidasa en limón
Resumen
Pocos ambientes permanecen siempre dentro de los ámbitos de temperatura óptimos
para las funciones vitales (aproximadamente 5-25 ºC), y en respuesta a estas limitaciones
ambientales las plantas despliegan una amplia plasticidad estructural y fisiológica que les
permite adaptarse a diferentes temperaturas provocadas por la geografía, y por los ritmos
diurnos y estacionales (Larcher, 1980; Kappen, 1981). Los vegetales son sensibles al
estrés por temperatura y sufren cuando estas son bajas o muy altas con respecto a los
umbrales definidos para cada una. Por ejemplo, las plantas tropicales sufren daños al ser
expuestas a temperaturas menores a 10 ºC (“chilling injury”) y la mayoría de las especies
empiezan a tener problemas entre los 30 y 40 °C. Pequeños incrementos de la temperatura
(de 30 a 35 ºC) pueden dañar los órganos reproductivos de muchos cultivos. (Samach y
Wigge, 2005). En los agrios las temperaturas óptimas para la actividad fotosintética son
de 25º a 30ºC y temperaturas de 35ºC o superiores la reducen (Agusti, 2010). Aunque se
pueden alcanzar temperaturas de más de 55 ºC en los trópicos de África, México y
California, entre 60 y 70 ºC parece ser el límite para la supervivencia de las plantas
(Larcher, 1980; Levitt 1980; Berry y Raison, 1981).










