Curaduría expandida en plataformas virtuales. Acerca de la mediatización de producciones fotográficas de artistas del NEA
Fecha
2022-06-09Autor
Vargas Florentín, Diego Fernando
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Mostrar el registro completo del ítemResumen
Luego de ser invadidos por el contexto pandémico, el espacio de la virtualidad se vio potenciado como herramienta para la difusión
de producciones de artistas, generando nuevas maneras de pensar lo curatorial en ámbitos digitales. Esta investigación tiene como
objetivo dar cuenta de algunos avances relacionados al análisis de la mediatización de producciones fotográficas de artistas del
Nordeste Argentino (NEA). La misma, ha sido realizada en el marco de la Beca de Iniciación de la SGCyT de la UNNE y la Maestría
en Curaduría en Artes Visuales de la UNTREF.
Nos proponemos reflexionar acerca del contexto y las formas de difusión de algunas producciones de fotógrafxs de la región del NEA
desde la noción de la curaduría expandida. Con ello nos referimos a un ámbito en el cual se erosionan los límites entre disciplinas,
técnicas y géneros rompiendo concepciones tradicionales relacionadas a la noción del cubo blanco museístico, con intenciones de
acceder a espacios no institucionales y pensando en construcciones de sentidos y difusiones para nuevos formatos digitales
(Giannetti, 2002). Los artistas analizados son Sofia Madrassi, Claudio Ojeda y Pablo Gómez Samela. Sus producciones se
caracterizan tanto, por abordar temáticas relacionadas a la sexualidad y al desnudo femenino , como a lo queer y retratos de
identidades no binarias y al homoerotismo, desde una estética kistch y pop.
Este trabajo se inscribe dentro de una metodología cualitativa debido a que se plantea la producción de conocimiento a través de la
interpretación por medio del paradigma Hermenéutico-Interpretativo. El mismo puede responder a intereses por la compresión del
significado de las acciones y prácticas humanas, sin una expectativa de predicción y control de las mismas (Lorente, 2015).
Por otra parte, y teniendo en cuenta los resultados alcanzados, se puede afirmar que, con la llegada de la red, el mundo del arte
halló vías para poner a su servicio nuevos modos de pensar la obra adaptada a formatos híbridos. En palabras de Carlón (2013) la
adopción generalizada de la red a nivel global, producto de la emergencia de nuevos sujetos y nuevas prácticas ha generado un
ambiente híbrido, mediático y social. Además, con la emergencia de la tecnología digital y su convergencia con otros dispositivos y
con cientos de plataformas en internet para hacer circular producciones, la fotografía ha cobrado un nuevo protagonismo y su
práctica ha sido transformada (Gómez Cruz, 2012). En este marco, e invadidos por el contexto pandémico, cientos de artistas (y
museos de todo el mundo) debieron enfrentar las limitaciones haciendo del espacio de la virtualidad una herramienta de difusión de
sus producciones adaptándose a las maneras de pensar lo curatorial en ámbitos digitales. Es así como, comenzaron a explorar
críticamente nuevas dinámicas sociales y las tecnologías que las posibilitan, haciendo de ellas los nuevos contextos de referencia y
actuación de sus investigaciones creativas (Prada, 2015) (Wallerstein, 2019). Los fotógrafos y las fotógrafas del NEA no fueron la
excepción, por medio de la utilización de plataformas digitales para la promoción y difusión de sus obras, han puesto en marcha un
gesto curatorial expandido, empujando contra las jerarquías establecidas en el mundo del arte.
Lxs artistas comenzaron así a organizar sus producciones aplicando las potencialidades de la difusión del arte en la red y las
técnicas desarrolladas en esta era digital generando nuevas modalidades aplicadas a la curaduría. Estas actuales formas de pensar
lo curatorial va más allá de organizar exposiciones, sobre todo teniendo en cuenta la forma en que construimos y organizamos un
espacio en el mundo digital. No obstante, muchos de estos espacios también suelen restringir tanto al productor como al espectador
debido a las políticas de uso de determinadas plataformas que permiten visualizar el contenido que el propio programador ha elegido
mostrar. Es el caso de la red social Instagram, utilizada por artistas como Sofía Madrassi, Pablo Gómez Samela y Claudio Ojeda,
que deben adaptar sus trabajos a las implicancias de la plataforma con el fin de conseguir la difusión de sus producciones. Esto se
encuentra en sintonía con el hecho de que la curaduría expandida en la red tiene ciertas regulaciones que también tiene la curaduría
física tradicional, y que pueden estar o no basadas en las intenciones del artista/curador. Tanto el formato como el contenido pueden
ser controlados por las aplicaciones mundialmente conocidas, donde se produce una restricción de lo que se puede mostrar y la
forma en la que se puede mostrar.
Para finalizar, se puede afirmar que en oportunidades resulta difuso la línea que divide las producciones artísticas de las que se
encuentran por fuera del mundo del arte. Ya que en la actualidad nos encontramos en un entorno colapsado de imágenes que
circulan y se viralizan en la red pero que no necesariamente ofician de “arte”.










