La integración de los inmigrantes italianos a la sociedad de la ciudad de Corrientes en la segunda mitad del siglo XIX

Fecha
2021-06-16Autor
Angelina Oliveira, Maisa Ronit
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Como otras ciudades de Argentina, la capital de Corrientes recibió migrantes italianos, que siguiendo el curso del río Paraná se
asentaron desde el periodo denominado por el historiador Fernando Devoto de “migraciones tempranas” (2003). Se trató de una
inmigración predominantemente masculina e involucró a individuos solos antes que a familias, lo cual puede reflejarse en el análisis
de los censos. En 1833 la ciudad de Corrientes contó con la presencia de 25 italianos- identificados como genoveses, puesto que
aún prevalecían identidades regionales- sobre una población total de 5668 habitantes. Para 1841 aunque el censo muestra la
presencia de 8 mujeres, persistió el predominio de varones que sumaban un total de 21, de los cuales 17 declararon ser
comerciantes. Según el censo Confederal de 1857 el número de italianos ascendió a 172 (25 mujeres y 147 varones) sobre una
población de 8839 habitantes. Por último el censo de 1869 arroja, sobre un total de 11218 habitantes, 603 personas con
nacionalidad italiana, 35 de las cuales eran mujeres. Para ese año la mayoría de los varones declararon el comercio como
“profesión, oficio, ocupación o medio de vida”. En 1869 la población italiana en la ciudad de Corrientes superaba incluso a la
española y paraguaya, este protagonismo se evidenció en su actividad asociativa y participación en ámbitos propios de la sociedad
de acogida.
Nuestro objetivo es analizar el proceso de integración de los italianos más destacados (aquellos que construyeron un liderazgo
étnico y ocuparon cargos en las comisiones directivas de las asociaciones) a la elite tradicional correntina. Dicha integración quedó
manifiesta por su inserción en organismos económicos y políticos de la ciudad, por los vínculos matrimoniales que establecieron y
por las prácticas de sociabilidad que desplegaron. Consultamos registros parroquiales y Actas de la Sociedad Italiana de Socorros
Mutuos “Unione e Fratellanza”. Accedimos también a fuentes hemerográficas y documentación conservada en el Archivo General de
la Provincia de Corrientes.
Las instituciones étnicas significaron, por un lado, un medio para preservar las identidades originarias, cuando no para (re)crear una
identidad propia. Y por otro lado, un factor de integración en la sociedad de acogida ya que permitieron a los inmigrantes, y en
especial a sus líderes, el desempeño de ciertos roles en la sociedad local. Al igual que en otros puntos de la geografía argentina,
estas instituciones resultaron la parte visible del todo, y el lugar donde los recién llegados buscaron la protección de sus paisanos
contra la enfermedad, la vejez, el desempleo, al mismo tiempo que un espacio de sociabilidad cultural y recreativa para ellos y sus
familias.
Las Asociaciones de ayuda mutua étnicas, además, funcionaron como ámbitos de desarrollo y difusión de prácticas sociales y
políticas consideradas “modernas” (Sabato, 2002,106). No obstante existió una “élite” vocera de estos ideales, y las entidades
fortalecieron los vínculos sociales en torno a valores como el mutualismo y la igualdad bajo una modalidad que tendía a enfatizar
relaciones de jerarquía (Adamovsky, 2015), lo cual se puede observar en el caso de las Asociaciones de la Ciudad de Corrientes,
donde las comisiones directivas las conformaron los inmigrantes más destacados que habían logrado integrarse a la elite de
sociedad local y desempeñarse en la administración urbana. En pocas palabras, los cargos directivos descansaron en manos de los
italianos mejor posicionados socialmente. A continuación mencionaremos algunos ejemplos.
La primera asociación de ayuda mutua en la ciudad de Corrientes, denominada Unione e Benevolenza, se fundó en 1864. El
presidente fue el comerciante genovés Rafael Gallino, quien se desempeñó como vocal de la Cámara de Justicia en 1852 y como
personal del Directorio del Banco y Casa de Moneda en 1866. Se radicó Corrientes hacia 1825, seis años más tarde contrajo
matrimonio con Ramona Luisa Pujol– hermana del ex gobernador Juan Gregorio Pujol (1853-1859)- natural de Corrientes, presidenta
de la Sociedad de Beneficencia y destacada por la iniciativa de la creación de un Hospital de Mujeres en 1861. Su hija Rosa Gallino
de Fernández, fue también socia fundadora de aquella Sociedad. El matrimonio concibió dos hijos: Rafael Gallino y Antonio Gallino,
ambos futuros gobernadores de la provincia.
La segunda asociación denominada Unione e Fratellanza, se fundó en 1870. A diferencia de la anterior su primera comisión
directiva no estuvo encabezada por comerciantes sino por médicos, que adquirieron gran prestigio en la ciudad: Alberto Fainardi y
Carlos Fossati . Se desempeñaron en la Comisión Municipal de Salud Pública de 1871. Fainardi, trabajó en los hospitales de la
ciudad y llegó a presidir el Consejo de Higiene de la Provincia, principal órgano para el ordenamiento administrativo de la salud.
Contrajo matrimonio en 1868 con Magdalena Antonia Raggio, nacida en Corrientes, hija del comer
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