Alternativas para la confección de microsilos en agroecosistemas de agricultura familiar
Fecha
2016-10-27Autor
Castelán, María Elena
Hack, Claudina María
Porta, Miriam
Burgos, Ángela María
Mansilla, Natalia Paola
Francescutti, F.
Metadatos
Mostrar el registro completo del ítemResumen
Durante la época invernal, el forraje disponible en los campos del Nordeste es de baja
calidad y escasa cantidad. Una alternativa para superar ese déficit de forrajes es la
confección de reservas. Las formas de conservación de forraje son henificación y silaje. El
silaje permite conservar el forraje a través de la fermentación anaeróbica de diversos
vegetales. En la región NEA los suelos son aptos para producir tanto mandioca como caña
de azúcar. Estos dos cultivos están muy difundidos entre los productores familiares. Si bien
la mandioca se cultiva por sus raíces para consumo humano, las hojas de la planta, que
normalmente son desechadas, podrían utilizarse para alimentar el ganado. La confección de
los conservados plantea el desafío de adecuar esta metodología para ser adoptada por los
productores familiares de la región, considerados potenciales beneficiarios de este sistema.
Muchos trabajos realizados en países tropicales citan contenedores chicos (bolsas, tanques
cilíndricos de concreto, tambores de metal o plástico) como también distintos materiales
disponibles y combinaciones de los mismos para mejorar la conservación y la calidad. El
objetivo de este trabajo fue capacitar a productores, técnicos y estudiantes en la confección
de microsilos con recursos forrajeros de la región. Se realizaron microsilos en el marco de
dos jornadas de campo, una en un establecimiento agropecuario de la localidad de Basail
(Chaco) y otra en ERAGIA (Escuela Regional de Agricultura Ganadería e Industrias Afines,
Corrientes). A ellas asistieron productores, técnicos, estudiantes de Ingeniería Agronómica,
de la Escuela Técnica de Basail y de ERAGIA. Los microsilos tienen la característica de
contener de 20 a 50 kg de material ensilado. Para su realización se utilizaron elementos y
equipamientos sencillos y accesibles. Para el picado del material se utilizó una picadora
eléctrica estática. Los micro silos se confeccionaron en bolsas tricapas superpuestas: una
de plastillera interna (esta le proporcionó mayor resistencia para poder compactar
adecuadamente) y dos externas de polietileno de alto micronaje (para asegurar la
anaerobiosis). La compactación se realizó con un pisón de metal y cemento de bordes
redondeados y se cerraron las bolsas con precintos plásticos. Se confeccionaron microsilos
de caña de azúcar (CA) con diferentes proporciones de granos de maíz (MZ), urea (U) y
hojas de mandioca (HM). En la jornada de Basail probaron: CA 100%; CA 80%+ MZ 20%;
CA 99% + U 1% y CA 79% + MZ 20% + U 1%. En ERAGIA las mezclas fueron: CA 90% +
MZ 10%; CA 80% + MZ 20% y CA 70% + HM 30%. En todos los casos luego de picada la
caña de azúcar, se realizaron las diferentes mezclas sobre un plástico colocado en el suelo.
Se llenaron las bolsas plastillera con el material para compactar correctamente. Las mismas
se introdujeron a su vez en bolsas de plástico que fueron cerradas herméticamente para
asegurar la anaerobiosis. A los 60 días de confeccionados los microsilos se realizó una
evaluación organoléptica (olor, color, textura) y se tomaron muestras para analizar la calidad
nutritiva. En laboratorio se determinó pH, Fibra Detergente Neutro (FDN), Acido (DFA) y
Proteína Bruta (PB). Los resultados de la evaluación organoléptica fueron en todos los
casos de regulares a buenos. Se asignó la condición de regular a aquellas bolsas donde el
olor fue a alcohol que correspondieron a las de CA 100%. En ningún microsilo hubo
fermentación butírica ni presencia de hongos. En cuanto a la PB, la combinación con mayor
contenido fue caña de azúcar + maíz + urea (10% PB). El aporte de PB de las hojas de
mandioca a los silos que las contenían fue entre 7 y 8 % de PB. Esto es muy importante ya
que es un material disponible y que generalmente se desecha. Los valores de pH estuvieron
entre 4 y 4,3. Los porcentajes promedio de FDN (50%) y de FDA (40%) los ubican como
forrajes de calidad media. Para completar la evaluación, los silajes fueron suministrados a
bovinos para determinar su aceptabilidad. Con esto se confirmó la utilidad de este tipo de
reservas ya que tanto en la ERAGIA como en el campo del productor en Basail fueron
consumidos sin rechazo. Junto con el grupo “Agropecuarios Basail”, de la AER INTA Basail EEA Colonia Benítez- Programa Cambio Rural II, se realizó la Jornada “Caña de azúcar,
usos para la alimentación animal”, donde se expusieron los resultados obtenidos. Los
participantes destacaron la importancia del uso de reservas forrajeras y en especial los
microsilos con la utilización de caña de azúcar. Señalaron que podrían mejorar la
alimentación del ganado en épocas adversas como los inviernos muy fríos o cuando los
campos tengan exceso de agua. En las jornadas se mostró que este método de silaje, sería
factible de utilizar en los establecimientos familiares. Requiere escasa maquinaria y es
manejable según los tiempos y capacidad financiera del productor. A la vez permite
aprovechar los recursos forrajeros disponibles en la región y utilizarlos en épocas de déficit
forrajero.










