Chaco : ámbito rural, dinámicas territoriales, problemáticas y desafíos
Resumen
El espacio chaqueño ha experimentado cambios notables en
las tres últimas décadas del siglo XX y los años transcurri-
dos del XXI: la región Centro-Oriental ya no es un ámbito
de trascendencia forestal y algodonera como otrora lo fue, ni
siquiera agrícola (dado que las áreas de cultivos han ido desa-
pareciendo), sino que se ha orientado netamente a la ganadería
extensiva, siendo puntuales y excepcionales otras prácticas
productivas.
La región Centro-Sudoeste se ha convertido en el corazón
agrícola del Chaco, tras sufrir un proceso de deforestación im-
portante entre la década del ́70 y los primeros años del presen-
te siglo. Concentra en la actualidad el 80% de la producción
algodonera y más del 70% del área sojera y, lógicamente, fue
perdiendo significación en materia forestal y ganadera.
Por su parte, la región Noroccidental, verdadero bastión fores-
tal del Chaco, se ha transformado en un área intensamente ex-
plotada en los últimos años, llegándose a superar las 700.000
toneladas anuales de maderas extraídas de sus bosques nati-
vos. La merma de su superficie forestal va de la mano con
el impulso de dos actividades económicas: a) la agricultura,
sobre todo el cultivo de soja, que actualmente representa 1⁄4 de
la producción provincial; b) la ganadería bovina, que exhibe
un marcado aumento, especialmente después de 2009.
El llamado “Ciclo Algodonero”, que otorgó identidad al Cha-
co entre las décadas de 1930 y 1960, constituyó el primer
avance de la frontera agrícola, impulsando el poblamiento de
las áreas rurales. Pasada la mitad del siglo XX, la explotación
forestal permanecía como una actividad importante, aunque
ya se observaba la declinación en la producción del tanino.
Luego de la crisis del cultivo textil se ingresó al “Ciclo de la
Diversificación Económica”, entre 1960 y 1985, con la intro-
ducción de otras especies tradicionalmente arraigadas en la
región pampeana (girasol, sorgo, maíz y trigo) y, asimismo, se
promovió la actividad ganadera, cuya implicación inmediata
fue el inicio de un proceso de intensa emigración rural. Desde
mediados de la década de 1980 hasta nuestros días, se han pro-
ducido cambios significativos en los patrones de producción,
con impactos notables a nivel económico, demográfico y so-
cioambiental. A este último período, lo hemos denominado el
“Ciclo Tecno-Productivo”, caracterizado por la creciente tec-
nificación de la agricultura y, en cierta medida, de la ganadería
y de la industria forestal, una gran expansión de la soja (parte
de ella sobre tierras de desmontes), advirtiéndose la incesante
pérdida de población en los ámbitos rurales.
Desde fines de los ́80 a nuestros días, se observa un compor-
tamiento muy diferente en las actividades económicas de la
provincia: un repunte inicial de la superficie algodonera hasta
superar valores históricos (más de 600.000 hectáreas sembra-
das) hacia mediados de los ́90 y, luego, una nueva crisis que
la llevó a oscilar casi siempre por debajo de las 300.000 hec-
táreas. Un comportamiento exactamente opuesto se advierte
en esa etapa en la superficie destinada al cultivo de la soja,
que pasó de ocupar unas 100.000 hectáreas en los años ́90
a valores próximos a las 700.000 hectáreas en los decenios
siguientes. Esta situación determinó un marcado aumento del
área total destinada a la agricultura, que logró cuadruplicarse
entre mediados de los ́80 y el presente (con registros por arri-
ba y por debajo de 1,6 millones de hectáreas).
La ganadería, que se mostró estabilizada a nivel de sus stoc-
ks durante buena parte de los años ́70 y ’80, iniciaría a fines
de esta última década un notable crecimiento (por cierto, con
algunos altibajos producidos por cuestiones de mercado y,
fundamentalmente, por factores meteorológicos). En términos
absolutos, entre mediados de los ́80 y 2008, se incrementaron
en un millón de cabezas las existencias bovinas en los campos
chaqueños.
La explotación de maderas nativas también registró un fuer-
te aumento, pasando de unas 300.000 toneladas obtenidas en
1986 a superar anualmente el millón de toneladas desde me-
diados de los años ́90 en adelante.
La población rural continuó su tendencia restrictiva, al pasar
de un registro de 250.000 personas al promediar los ́80 a poco
más de 160.000 habitantes en 2010, situación que evidencia
claramente que los cambios operados en el territorio en mate-
ria de producción económica no contemplaron la retención de
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los habitantes rurales, desprendiéndose de un invalorable ca-
pital cultural –sobre todo agrícola- conformado durante varias
décadas en el interior del Chaco.