La comunicación de la pediatra percibida por padres/tutores de niños y adolescentes que consultaron en el hospital pediátrico ‘Juan Pablo II’ en 2019
Resumen
La relación médico-paciente (RMP) es aquella interacción que se establece con el propósito de devolverle al enfermo la salud, aliviar su padecimiento y/o prevenir la enfermedad. El uso efectivo de habilidades comunicacionales realizado por los médicos en el ámbito clínico beneficia tanto al profesional como a sus pacientes. El sistema de salud impone tiempos de atención cada vez más breves, lo que, a su vez, va en detrimento de la comunicación, de la relación entre el médico y su paciente, y, por ende, de los resultados en salud.
La RMP en la consulta del niño tiene sus singularidades. El pediatra entabla siempre una relación triangulada, tripolar, que involucra a un lactante, un infante o adolescente y su referente padre, familiar o tutor; a veces, incluso más de uno.
Es sabido que las habilidades de comunicación pueden y deben enseñarse, para lo cual es necesaria la concientización de las instituciones de educación médica, el profesorado y el estudiante para asegurar un adecuado encuentro clínico entre el futuro médico y el paciente (Olaya, Pérez & Rico 2015). Todos deben tener la oportunidad de recibir esta enseñanza durante el pregrado.
El objetivo de esta tesis consistió en describir percepciones sobre la comunicación médico-paciente de padres/tutores de niños y adolescentes en la consulta ambulatoria del Hospital Pediátrico “Juan Pablo II” de Corrientes, Argentina.
Metodológicamente se trató de un estudio de enfoque cuantitativo, observacional, descriptivo, correlacional, de corte transversal, con muestreo de tipo no probabilístico por conveniencia. La muestra estuvo compuesta por 725 pacientes (madres, padres o tutores), que representaron el 5 % de las consultas del periodo. El relevamiento de datos se realizó en la sala de espera del servicio y en el pasillo central del hospital. La estadística aplicada fue descriptiva, correlacional y de estimación de diferencias mediante Chi2.
Resultados: Más del 90 % de los consultantes percibieron que los profesionales les dirigen la mirada, aunque el porcentaje disminuye a mayor edad del médico. La sonrisa muestra una relación inversa con la edad, siendo los profesionales más jóvenes los más proclives a sonreír tanto al acompañante como al niño. Hubo una elevada tasa de satisfacción respecto del trato recibido. Los profesionales del Hospital “Juan Pablo II” tienen buena comunicación no verbal con quienes acompañan a los niños, aunque entre los más añosos hay ciertas falencias al respecto.
En todos los grupos, los pediatras saludaron menos frecuentemente al niño, con menor proporción en los médicos añosos y ligeramente menor en profesionales mujeres. Los más jóvenes fueron los que más entablaron un diálogo con los niños, no habiendo diferencia significativa según sexo. Los médicos jóvenes y los de edad mediana fueron los que más frecuentemente informaron al niño que lo van a revisar. Hubo percepción de buena predisposición de más del 92% de los profesionales a escuchar al interlocutor en todos los grupos etarios y en ambos sexos, sin embargo, los consultantes refirieron que los que menos escuchan al niño fueron los pediatras jóvenes y el grupo de mujeres pediatras.
Los jóvenes dieron más frecuentemente indicaciones en voz alta. Y, jóvenes y mujeres, fueron quienes más se cercioraron de que los consultantes hayan entendido las indicaciones. La mayoría de los pediatras otorgó al paciente un espacio para hacer preguntas o aclarar sus dudas y los de mediana edad ofrecieron más información a sus pacientes, sin diferencia de acuerdo al sexo.
Los consultantes que recibieron más información fueron los padres de adolescentes y los padres de lactantes. Los jóvenes fueron quienes más utilizaron un lenguaje sencillo, independientemente de su sexo. Los que percibieron mayor comprensibilidad del lenguaje del profesional fueron los padres de niños de 12 o más años, sin diferencia significativa según su procedencia, y también los acompañantes que tenían primaria incompleta.
La letra de los pediatras fue considerada legible en alta proporción (88%). Hubo un 8% de errores y un 3% de omisiones de alguna indicación que se dio en forma oral. El grupo de los médicos mayores es el que más errores registró, sin diferencia en cuanto al sexo. Quienes más errores u omisiones hallaron en las indicaciones y recetas médicas fueron los acompañantes de adolescentes. Y aquellos que tenían solo estudios primarios completos fueron los que encontraron más errores u omisiones.
Para más del 80 % de los pacientes, el médico habló en forma lenta y pausada, proporcionando información suficiente. Se destacaron como más frecuentes las habilidades de utilizar lenguaje sencillo y comprensible, y generar un espacio para las preguntas y dudas. La habilidad menos percibida fue la de asegurarse que el paciente comprendió las indicaciones. Los pacientes de 12 años o más son los que percibieron más interrupciones en su narración y curiosamente, son los que refieren sentirse más escuchados. Solo poco más del 40 % refirió sentirse o conforme con la consulta, con alta proporción de insatisfechos. Con respecto al tiempo dedicado a la consulta, en general los pacientes han estado satisfechos, particularmente las acompañantes mujeres, madres o tutoras, los pacientes de la capital, y aquellos con estudios post-secundarios.
La percepción de los consultantes fue mucho mejor cuando tuvieron la posibilidad de elegir al profesional para la atención. En general los acompañantes percibieron un trato cordial o afectuoso hacia ellos, independientemente de haber elegido o no al pediatra para su consulta. Sin embargo, en referencia al trato hacia el niño, los pacientes que no eligieron al médico percibieron un trato cordial, y los que sí lo hicieron refirieron un trato afectuoso. Un mínimo porcentaje percibió un trato solamente correcto.
Conclusión: En el Hospital “Juan Pablo II” hay percepción, por parte de los acompañantes de los pacientes, de una comunicación no verbal, verbal y escrita, así como trato en general, que supera los estándares de muchos otros hospitales de Latinoamérica y el mundo. No obstante, los buenos valores hallados en esta tesis, son necesarias acciones de capacitación en la comunicación médico-paciente y la enseñanza de técnicas para la adquisición de competencias o habilidades comunicacionales. Doctor-patient relationship (DPR) is the interaction which is established with the purpose of returning the patient to health, relieving their condition and / or preventing disease. The effective use of communication skills by physicians in clinical setting benefits both, the professional and their patients. Health system imposes increasingly shorter care times, which, is detrimental to communication, the relationship between the doctor and his patient, and, therefore, health outcomes.
DPR in pediatrics has some singularities. Pediatricians always enters into a triangulated, tripolar relationship involving a baby, a child or one adolescent, and his parent, one member of his family or guardian; sometimes, even more than one.
It is known that communication skills can and should be taught, for which the awareness of medical education institutions, faculty and students is necessary to ensure an adequate clinical encounter between the future doctor and patients. Everyone should have the opportunity to receive this teaching during undergraduate.
The objective of this thesis was to describe perceptions about the medical-patient communication of parents/guardians of children and adolescents in the outpatient clinic of the "Juan Pablo II" Pediatric Hospital in Corrientes, Argentina.
Methodology: quantitative, observational, descriptive, cross-sectional study. Non-probabilistic sampling was used by convenience. Sample includes 725 patients (mothers, fathers or guardians), representing 5% of the period’s consultations.
The data collection was carried out in the service waiting-room or in the hospital’s central corridor. The statistics applied were descriptive, correlational and estimation of differences using Chi2.
Results: More than 90% of consultants perceived that professionals direct their gaze, although the percentage decreases the older the doctor. Smile shows an inverse relationship with age, with younger professionals being the most likely to smile at both, the companion and the child. There was a high rate of satisfaction with the treatment. The professionals of "Juan Pablo II" Hospital have good non-verbal communication with those who accompany the children, although among the oldest physicians there are certain shortcomings in this regard. In all groups, pediatricians greeted the child less frequently, with a lower proportion in elderly doctors and slightly lower in female professionals. The youngest were the ones who most engaged in a dialogue with the children, without no significant difference according to sex.
Young and middle-aged doctors were the ones who most frequently informed the child that they were going to be checked. There was a perception of good predisposition of more than 92% of professionals to listen to parents in all age groups and in both sexes, however, the consultants reported that those who listen less to the child were the young ones and females.
Young proffesionals more frequently gave directions out loud. And, young and women, were the ones who most made sure that the consultants understood the indications. Most pediatricians gave patients a space for asking questions or clarify their doubts and middle-aged doctors offered more information to their patients, with no difference according to sex.
Adolescent’s parents and children’s parents were those who recieved the most information. For all the guardians, young doctors were the ones who used simple language the most, regardless of sex. Parents of children aged 12 or over perceived greater comprehensibility of professional's language, without significant difference according to their origin and degree of schooling.
The handwriting of pediatricians was considered legible in high proportion (88%). There were 8% errors and 3% omissions in some indication given orally. The group of older doctors was the one that recorded the most errors, without difference in terms of sex. Those who found the most errors or omissions in indications and medical prescriptions were the companions of adolescents. And those who had only full primary studies were the ones who found the most errors or omissions.
For more than 80% of patients, doctors spoke slowly, providing inough information. The ability of using simple and understandable language and generating a space for questions and doubts, were highlighted as more frequent. The less perceived skill was to make sure the patient understood indications. Patients aged 12 years or older were the ones who perceived the most interruptions in their narration, and curiously, they were the ones who felt more heard. Only just over 40% reported felling satisfied with consultation, and there eas a high proportion of dissatisfied. Patients have been generally satisfied, particularly female companions, mothers or guardians, patients living in Capital, and those who had post-secondary studies.
General perceptions of consultants were much better when they had the possibility to choose the professional for care. Nontheless, companions perceived a cordial or affective treatment, regardless if they had chosen or not the professional for consultation. A small percentage perceived only correct treatment.
Conclusion: at "Juan Pablo II" Hospital, companions of patients, percieved non-verbal, verbal and written communication, as good as treatment. This exceeds the standards of many other hospitals in Latin America and the world. However, the good values found in this thesis, training actions in doctor-patient communication are necessary, and also the teaching of techniques for the acquisition of communication skills.
Colecciones
- Tesis doctoral [24]