Uso de energías no convencionales como estrategia para reducir el impacto ambiental en la construcción de viviendas
Resumen
El análisis histórico de la arquitectura vinculado a su entorno natural puede determinar las soluciones particulares de las
edificaciones. Por esto, se debe entender que “el clima es determinante para el diseño, y los arquitectos tienen la obligación de
entenderlo, interpretarlo y aplicarlo para beneficio de los usuarios de sus proyectos” (Rodríguez, 2008). Profundizando en el clima del
NEA, podremos traducirlos en criterios de diseño arquitectónico ambiental, buscando la reducción del impacto ambiental y el
eficiente aprovechamiento energético, y los cuales serán plasmados en un modelo real del acceso al I.T.D.A.Hu.
En nuestra región, dos fenómenos tendrán mayor incidencia en el proyecto arquitectónico: la radiación solar y el movimiento del aire.
En el primer caso, la estrategia más básica es considerar la orientación de un edificio, que “es determinante en la cantidad de
radiación solar que recibe en los distintos lados en diferentes momentos [...] siendo importante orientarse paralelamente al sol para
reducir el impacto de dicha radiación” (Merçon, 2008), resultando ideal la implantación en formato este-oeste de las caras más
pequeñas y cerradas. En el segundo caso, es posible utilizar la ventilación cruzada para la renovación y movimiento del aire, y hasta
el acondicionamiento térmico, si antes circula por espacios de sombra o vegetación. Cuando la dirección de los vientos no es
coincidente con la mejor orientación solar, debe priorizarse la primera, ya que resulta más fácil utilizar elementos para controlar la
radiación, que utilizar otros para direccionar los vientos. optando en nuestro clima por diseños abiertos, dispersos y dando libertad
para la circulación del aire.
También se puede apelar al aprovechamiento energético natural, complementándose con los criterios de diseño ya vistos. A escala
domiciliaria, debemos hablar de inversiones de 2835 $/m2 extra, generando ahorros de 32.12% de agua potable y 70% de energía,
amortizables en 29 años (o en 10 años si no se modifican los cerramientos). Para la generación de energía solar, en función del
costo del equipo y la capacidad energética en su vida útil, se obtienen costos similares a la energía eléctrica convencional, pero se
podría descartar las variaciones de precios que viene sufriendo este suministro en los últimos años, considerando además que se
está usando energía limpia y no contaminante.
Estas aproximaciones numéricas hacen ver que es posible una aplicación a gran escala en viviendas y edificios públicos, como
primera medida, para mitigar el impacto ambiental de nuestra actividad en el planeta tierra.