Perros protectores de ganado, una estrategia para el control de depredadores : revisión bibliográfica
Fecha
2019Autor
Ibarra Fernández, D.
Morales, Verónica Natalia
Paredes, G. D.
Tejerina, Emilse Rosalia
Morales, Verónica Natalia
Metadatos
Mostrar el registro completo del ítemResumen
El objetivo de la presente fue realizar una investigación bibliográfica sobre el uso de los
perros protectores de ganado (PPG), como una estrategia de tipo disuasiva para el
control de depredadores. Históricamente, para reducir la depredación, el control letal no
selectivo de los carnívoros, ha sido perjudicial ya que no se consideraron los efectos
demográficos en las poblaciones sometidas, ni los impactos sobre sus roles ecológicos.
Para la recopilación de información, se utilizaron diversos metabuscadores y operadores
booleanos, que en combinación lograron una búsqueda de información más exhaustiva
y precisa sobre manejo integral de depredadores, PPG, utilización de estos en nuestro
país. Las estrategias para el control de tipo disuasiva, consisten en estímulos
perturbadores que alteran el comportamiento de los depredadores, provocando un
“ susto” o “reacción de sobresalto” ; ejemplos son PPG, collares de plástico duro, ruidos,
luces intermitentes, entre otros. Su utilización se reporta desde 2013 en la Patagonia,
con las razas Maremmano Abruzze, Montaña del Pirineo y Mastín del Pirineo, se
caracterizan por predominio del pelaje color blanco y gran tamaño corporal (adultos de
45-55kg), se diferencian de otras razas de trabajo por no presentar instinto de acecho
hacia el ganado. El PPG convive con la majada en forma permanente, reconociéndola
como su familia, no rodea ni arrea; sólo vigila y recorre su territorio marcando los
límites con orina y heces, así, carnívoros silvestres reconocen que el territorio está
ocupado y los disuade de entrar. Ante sospecha de peligro, emite ladridos direccionales
y se interpone entre el ganado y aquello que observa como amenaza. Se pueden
observar dos comportamientos básicos, uno más activo donde el animal ronda la zona a
vigilar y vuelve sobre sus pasos con el fin de detectar posibles amenazas y uno pasivo,
donde el perro permanece más cerca de la majada. Para lograr esta conducta se realiza
un protocolo de cría (desde el nacimiento hasta los 3-4 meses de vida) denominado
“impronta” con el tipo de ganado que se quiera trabajar. Hasta el momento, se han
realizado numerosos estudios, evidenciando una disminución muy importante en la
mortalidad de los corderos por depredación, con el consiguiente aumento de la señalada,
llegando al 80% y superando ampliamente el promedio de la región que ronda el 60%.
Además, aumenta la eficiencia de uso del pastizal, reduce la mano de obra y los
movimientos de animales. En conclusión, la investigación bibliográfica indica que el
uso de PPG es una práctica con gran potencial de desarrollo en nuestro país,
disminuyendo el número de pérdidas por depredación en los establecimientos donde se
emplea. Cabe destacar la necesidad de realizar investigaciones del desempeño de PPG
en el NEA debido a la diferencia geográfica, de sistemas productivos y de depredadores
con la Patagonia.