Actores y estrategias intervinientes en la urbanización de la Laguna Seca (Corrientes) a partir de la década del 80 y sus consecuencias
Resumen
En muchas ciudades, el crecimiento poblacional tuvo su manifestación territorial en la expansión urbana que ha ocurrido, a menudo,
en áreas periféricas no adecuadas para soportar viviendas ni para proveer de servicios básicos como el agua y el saneamiento.
El crecimiento demográfico que experimenta Corrientes es cada vez mayor y esto conlleva no solo a densificación del área central
sino también a una búsqueda de nuevos espacios hacia la periferia, donde existen un gran número de cuerpos de agua. En este
sentido, un caso particular lo constituye la laguna Seca, al sudeste de la ciudad, urbanizada por iniciativa del Estado y
posteriormente por la llegada de grupos de escasos recursos que se fueron asentando.
Es por ello que este trabajo que forma parte de la beca doctoral, intenta dar a conocer las estrategias y los actores sociales
intervinientes en este proceso de urbanización y las consecuencias que esto ha generado para la población.
En una primera instancia fue necesaria la búsqueda y selección de material bibliográfico, cartográfico e imágenes aéreas y
satelitales. Además, se recurrió a los diarios dado que permiten una primera aproximación sobre el problema en análisis. Se tuvieron
en cuenta los periódicos de El Litoral y Época, particularmente la década de 1980, coincidente con la mayor ocupación de la laguna.
Posteriormente, se realizaron entrevistas semiestructuradas a vecinos del lugar y a agentes de distintos organismos públicos
intervinientes en los barrios Laguna Seca y La Olla.
Se ha podido observar que la ciudad experimentaba un proceso de crecimiento demográfico y déficit habitacional. A comienzos de
los 80 el FONAVI (Fondo Nacional de la Vivienda) a través de la empresa constructora Evisa S.A. inició en el sector sudeste la
edificación de dos de los complejos habitacionales más grandes de la ciudad hasta ese momento: los barrios República de
Venezuela y más tarde 9 de Julio, mayormente conocidos como barrio Laguna Seca.
La problemática del anegamiento era recurrente dado que para la edificación de estos conjuntos se utilizó la técnica hidráulica de
rellenado en la parte más playa del sector norte de la laguna, puesto que se consideraba como tierras inútiles y que podían ser
aprovechadas de una mejor manera, en este caso dando solución déficit habitacional que experimentaba la ciudad.
A esto se suma, la llegada de grupos de escasos recursos que autoconstruyeron sus viviendas en cercanías a estos conjuntos
habitacionales, pero con mayores desventajas en cuanto a condiciones topográficas y ambientales que los primeros, por situarse en
la cubeta de la laguna sin ningún tipo de intervención. Este proceso se fue consolidando durante la década del 80, con familias que
provenían en su mayoría de otros barrios de la ciudad y del interior de la provincia. De esta manera, y particularmente en periodos de
sequía se fue avanzando hacia sectores más profundos y ocupando casi la totalidad de la laguna con el conglomerado “La Olla”.
El Estado en su afán por dar solución a la problemática del déficit habitacional, avanzó sobre áreas inundables que en ese entonces
eran consideradas como improductivas y que, además, se creía que con la intervención de obras hidráulicas eso podía revertirse
generando espacios propicios para la construcción de viviendas.
Esta política pública, en un primer momento dio respuesta positiva a la problemática planteada, pero ante la presencia de lluvias,
este accionar no ha hecho otra cosa más que producir un escenario para la conformación del riesgo de anegamiento, no solo para
los adjudicatarios de viviendas, sino también para todos aquellos que se fueron asentando en cercanía a estos conjuntos
habitacionales y que contaban con condiciones desfavorables tanto ambientales, edilicias como en la provisión de servicios.
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